Introducción
Soy un ateo.
No, no robo los dulces a los niños ni pateo a cachorritos. No odio a dios, pero tampoco tengo un deseo secreto de adorarlo. Tampoco adoro a Satán. No estoy deprimido ni enojado; estoy plenamente feliz, de hecho. Soy una persona como tú. Probablemente no me reconocerías si me vieras pasar por la calle y te preguntar qué hora es.
Pero en verdad soy un ateo. ¿Qué significa eso?, muy simple. Significa que no creo en algún dios. No creo en Jesús, ni Yavéh,ni Allah, ni Vishnu, ni Odin, ni Zeus, ni Gaea, ni Quetzalcoatl, ni Marduk, ni Ahura Mazda, ni a ninguna de las otras miles y miles de deidades que la humanidad ha inventado a lo largo de la historia. No estoy en contra de una en particular las trato a todas exactamente de la misma manera y falta de creencia hacia cada una de ellas. En lo que a mí concierne, todas ellas son imaginarias simples productos de la imaginación humana y nada más.
En este aspecto, no soy muy diferente a ti. Después de todo, la mayoría de los teístas rechazan a todas excepto a uno de los miles de dioses que la humanidad ha inventado. Yo solamente rechazo a una deidad más. No soy un ateo porque odio a Dios. Para odiar a Dios primero necesitaría creer en él, pero entonces ya no sería un ateo. Tampoco soy un ateo porque odio a mi papá o a otra figura de autoridad. Tampoco soy un ateo porque tuve una mala experiencia con la iglesia, o porque quiero vivir una vida hedonista libre de restricciones morales, o porque soy demasiado orgulloso para aceptar la posibilidad de algo más grande que yo. Ninguna de estas cosas es verdad. Simplemente, la razón por la que soy un ateo, y muy probablemente la razón del porqué la mayoría de las personas son ateas, es la absoluta falta de evidencia creíble y convincente para las afirmaciones de cada religión. Esta no es la única razón para no creer. Algunas personas se volvieron ateos después de observar el increíble daño causado por la religión, la maldad, crueldad y sufrimiento causado en el nombre de Dios. Otros se han alejado después de darse cuenta de que un dios benévolo y amante no dejaría que existiera el dolor y el sufrimiento. Aún así, hay otros que crecieron sin la enseñanza de una religión; después de todo, el estado ateísta es nuestro estado natural. Nadie nace creyendo en dioses nos tienen que enseñar eso. (Para una lista de más razones del porqué no creer en dioses, favor de referirse a "La necesidad del ateísmo"; para más acerca de por qué el mal es incompatible con la existencia de un dios benévolo que nos ama, ver "Todos los mundos posibles".)
El ateísmo es una posición más consistente y unificada que el mar de sectas religiosas que riñen constantemente. Sin embargo, hay diferencias entre los ateos. Algunos ateístas prefieren llamarse pensadores libres o humanistas; el primer término enfatiza la libertad, pensamiento sin restricciones y la creación de opiniones basadas en la evidencia en vez de la autoridad y tradición, mientras que el otro término aboga por la libertad esencia, dignidad y autonomía de la humanidad y la necesidad de hacerse responsable por la vida de cada uno. Otras variantes incluyen el racionalismo, empirismo, naturalismo, secularismo, escepticismo entre muchos más. Otro término fue adjudicado por los fundadores del movimiento de los "Brights", quienes proponen este término como una descripción optimista y positiva de aquellos que tienen una visión naturista. Aún otro grupo de los ateos son los agnósticos, quienes creen que la respuesta acerca de la existencia de Dios es desconocida y probablemente imposible de saber. Hay una considerable confusión y empalme entre estos grupos por razones obvias. Por ejemplo, yo me considero un pensador libre y un humanista, y estoy simpatizo con la meta de los Brights, pero por lo general me identifico como ateo.
Adicionalmente, hay dos grupos dentro del ateísmo. Están los ateos débiles, quienes afirman no creer en dioses, mientras que los ateos fuertes van un paso más adelante asegurando que los dioses no existen. La diferencia es sutil pero importante. La mayoría de los ateos son débiles, algunos (pocos) son fuertes, mientras que algunos otros pueden ser ateos débiles en general pero fuertes con respecto a ciertos dioses (como aquellos cuyas características están definidas para hacer su propia existencia contradictoria y por lo tanto imposible). En lo personal me considero un ateo débil aunque esto no debe ser considerado como una implicación de que no estoy seguro acerca de mi postura. Es simplemente que reconozco que un ser sobrenatural que no quiera proveer evidencia de su existencia jamás podrá ser descartada. Por el otro lado, tampoco hay evidencia a favor de dichos seres, y yo solamente creo en propuestas para las cuales haya una calidad razonable de evidencia.
El único requisito totalmente necesario para ser ateo es la falta de creencia en los dioses. Por lo general, sin embargo, los ateos también carecen de creencia en los fenómenos sobrenaturales, incluyendo poderes psíquicos, ángeles y demonios, o de un alma que sobrevive a la muerte física. Como los dioses, creemos que estas cosas son supersticiones fantasiosas, inventadas por un grupo primitivo de gente por una gran variedad de razones y que existen todavía principalmente por la credulidad de la gente y el poder potencial para ser utilizados por un grupo de personas para hacer dinero y oprimir a la gente. Fuera de la creencia en un dios, no hay otro requerimiento para ser un ateo. Ser ateísta no tiene dogmas no impone un código moral, un conjunto de reglas de comportamiento o demanda una obediencia a una autoridad central y los ateos individuales son libres para generar sus opiniones en cualquier tema que deseen. Hay ateos para cada estilo de vida, ateos de todas las edades, géneros y grupos étnicos. Algunos atoes son liberales, otros son conservadores; algunos están a favor del aborto mientras que otros se oponen a él; algunos abogan por el capitalismo, otros por el socialismo y algunos más por el comunismo. En resumen, los ateos son gente ordinaria, al igual que todos los demás. Tenemos trabajo, estudiamos en las universidades, pagamos impuestos, criamos familias y hacemos todo lo que hace a una persona normal. No pedimos mucho. Creo firmemente en el derecho a la gente a creer y practicar cualquier creencia que deseen, siempre y cuando no intenten forzarme a creer en ellos o los usen como una justificación para dañar a los demás. Esto significa una gran separación entre el estado y la iglesia: nada de enseñar mitos religiosos en clases de ciencias en las escuelas públicas, nada de mandamientos religiosos adentro de las escuelas o cortes judiciales, nada de dinero de impuestos utilizados para la creación de iglesias, ni sesiones de rezar por parte del gobierno y ningún requisito religioso para tomar un puesto público; en general, ninguna preferencia hacia una religión más que la otra o de la no religiosidad de parte del gobierno. También pedimos la libertad de exponer e informar acerca de nuestro punto de vista sin censura, la libertad de conciencia y de creer y pensar de lo que sintamos que es lo mejo y la libertad de buscar la felicidad en cualquier manera que lo creamos conveniente siempre y cuando no interfiera con el derecho de los demás para hacer lo mismo. Creo que estos son los derechos que deberíamos esperar de una sociedad democrática iluminada y moderna.
Desafortunadamente, algunas personas persisten en diseminar información falsa y rumores acerca de lo que realmente significa ser un ateo. Aquí están algunos de los mitos más frecuentados acerca del ateísmo junto con sus refutaciones.
Mito: El ateísmo es una religión.
Realidad: El ateísmo falla en cada una de las necesidades para considerarse una religión no tiene rituales ni oraciones; profetas ni textos sagrados; ministros ni sacerdotes; templos ni iglesias. El ateísmo no tiene creencia en dioses, el alma, vida después de la muerte, o cualquier otra manifestación sobrenatural de cualquier clase. Más importantemente, el ateísmo no requiere fe en entidades sin evidencia. De manera torcida se ha dicho que los ateos admitirían inmediatamente que el ateísmo es una religión siempre y cuando se les dieran los beneficios que gozan las iglesias con respecto a los impuestos.
Mito: Es necesario ser omnisciente para ser un ateo, porque solo una persona que conoce todo acerca del universo sabría que Dios no existe.
Realidad: Como se ha explicado previamente, los ateos débiles no dicen saber con certeza absoluta que no existe un dios. En vez de ello, dicen que la existencia de Dios no ha sido probada, y por ello deciden evitar esa creencia hasta y solamente si la existencia de un Dios pueda ser provista. De igual manera, muy pocos teístas dirían que a través de la fe que no existen los unicornios en vez de ello, simplemente deciden no creer en los unicornios hasta que vean la evidencia de que existen dichas creaturas. Los ateos fuertes, niegan la existencia de algunos dioses, típicamente a través de la lógica y la razón; si la deidad es definida con atributos o características contradictorias o imposibles, entonces podemos saber con certeza absoluta que esa deidad no existe, así como sabemos que los círculos cuadrados o los triángulos de cinco lados no existen sin tener la necesidad de buscar a través de todo el universo. Por ejemplo, un ateo fuerte puede razonar que si Dios es todo poderoso, completamente benévolo y nos ama, no habría mal ni sufrimiento, pero dado que claramente existe el sufrimiento y el mal, un ser con esas características no puede existir.
Mito: Los ateos odian a Dios o están enojados con Dios.
Realidad: Esto es imposible por la definición del ateísmo. Para odiar a Dios, sería necesario que primero se creyera en él, pero por definición, un ateo es aquél que no cree. Cualquiera que odie a Dios no puede ser un ateo, sino un teísta. Sin embargo, algunas personas si se vuelven ateas después de sufrir tragedias personales no porque "odien a Dios", sino porque su experiencia los lleva a darse cuenta de la existencia del dolor, el sufrimiento y el mal es contradictoria con la existencia de un dios benévolo que nos ama.
Mito: Los ateos saben que Dios existe pero deciden no seguirlo.
Realidad: Este mito es completamente falso y sin sentido, un mito propagado por teístas que están tan indoctrinados que ni siquiera pueden concebir la existencia de un ser con creencias completamente opuestas a las suyas, o de una fe tan débil que la simple existencia de alguien que piense diferente es una amenaza para ellos. Los ateos simplemente no ven evidencia suficientemente convincente para la existencia de un dios. Muchos ateos, de hecho, son teístas que fueron criados o convertidos y trataron sin éxito alguno de sentir la presencia de Dios hasta darse cuenta de que no había nada especial para sentir. Para testimonios esta la sección de deconversion stories.
Mito: Los ateos adoran a Satán.
Realidad: Los ateos consideran a Satán tan ficticio como Dios. Los adoradores de Satán no serían ateos, sino teístas. Sin embargo, hay ateos (como yo) que consideran a Satán simbólico de lo que el dogmatismo religioso se opone a pensamiento libre, inteligencia y escepticismo racional, personificado en un avatar del mal por las religiones que buscan evitar la duda y el cuestionamiento a través del miedo. En la interpretación tradicional Judío-Cristiana del Génesis, por ejemplo, Dios es quien busca mantener a Adán y Eva ignorantes, mientras que Satán es quien los impulsa a que adquieran conocimientos, piensen independientemente y cuestionen a Dios si sus mandatos no tienen sentido para ellos. Para más detalles, referirse a "Pensamientos en Cautiverio".
Mito: La existencia del ateísmo prueba que existe un dios. Los ateos dicen que no creen en un Dios, pero entonces ¿Por qué gastan tanto tiempo y esfuerzo en negarlo? Si realmente fueran ateos, este no sería un problema para ellos.
Realidad: Los ateos que argumentan en contra de una religión lo hacen por el daño tan real que la creencia en los dioses ha causado y continua causando, y porque deben defender sus derechos en contra de las amenazas teístas. Para citar un ejemplo, en EUA muchos grupos Cristianos intentan legislar que se publiquen los Diez Mandamientos en las cortes y las escuelas públicas, violando directamente con el principio de la separación de iglesia y estado. Los Creacionistas, si hubieran logrado su cometido, habrían causado un gran daño a la verdadera ciencia incluyendo sus creencias religiosas pseudocientíficas junto con las bien fundadas y probadas teorías de la evolución como si ambas fueran igualmente válidas. Y esto ni siquiera se enfoca en las incontables vidas, guerras iniciadas, actos de terrorismo, derechos negados, gente oprimida, torturas y males hechos a través de la historia de la humanidad en el nombre de Dios. Los ateos creen que mostrándole a la humanidad que las locuras de los teístas es un trabajo necesario si queremos ponerle fin a la ignorancia y sufrimiento y utilizar al máximo el potencial que poseemos.
Mito: Los ateos son inmorales o no tienen bases para la moralidad.
Realidad: Ver "La zanahoria innombrable y la vara infinita", este ensayo deja sentadas las bases para la moralidad y examina críticamente el sistema teísta de la concepción del castigo y premio.
Mito: El argumento X prueba que existe un Dios.
Realidad: Ver "Unmoved Mover" para la negación de cada uno de los argumentos más comunes a favor de la existencia de un dios, incluyendo los argumentos ontológicos, teológicos y cosmológicos; también "Tirando la moneda" para una respuesta a la Apuesta de Pascal.
Mito: Los ateos no tienen propósito en la vida.
Realidad: Los ateos creen que es el derecho de cada humano de forjarse sus metas y sus deseos; nuestro propósito es el que deseamos que sea. Los ateos creen que somos exaltados y no reducidos por buscar sin miedo nuestro propio destino y razón para ser. Ver "Vida de asombro" para más respuestas a estos y otras creencias de la falsa implicación del nihilismo del ateísmo.
Mito: Los ateos son partes de una conspiración maligna y secreta cuyo objetivo es la dominación mundial.
Realidad: Bueno, está bien, esa es verdad. Pero por favor no le digan a nadie.